sábado, 4 de enero de 2014

Escribir como terapia

Plasmar los pensamientos en un escrito, ayuda a reflexionar mejor sobre un tema y aliviar el cerebro que, en algunas ocasiones, puede llegar a una situación similar a la olla a presión. 
Escribir las ideas que nos van surgiendo, imaginar distintos finales a situaciones cotidianas, desarrollar una realidad alternativa, ... son maneras de aligerar la rutina diaria y evadirnos de algunas situaciones difíciles de cambiar en el mundo real. 
Ello no significa que para poder escribir haya que estar insatisfecho con la vida, el escritor puede ser feliz y, al mismo tiempo, necesitar esos momentos para dar rienda suelta a la imaginación, creando sus personajes y entornos, en un mundo controlado por él.
En mi caso, nunca había pensado escribir hasta que debido a la situación de crisis del país, el temor a ser despedida se apalancó en mi cerebro reapareciendo constantemente y creando una ansiedad que me impedía descansar. Aunque mi empresa nunca llegó a "invitarme a irme", descubrí que creando un personaje que se encontraba en esa situación y creando posibles escenarios, aliviaba la ansiedad causada por la incertidumbre. Mi personaje conseguía salir a flote de nuevo, incluso mejorando su situación con respecto a antes del despedido; ello me dio en ese momento cierto optimismo y valor. 
La sensación caló en mi y, al poco tiempo de terminar la primera novela, comencé a escribir la segunda, que he tenido que dejar a un lado mientras realizaba las revisiones de la primera.
Si decidís seguir este tipo de terapia, no os desanimeis en caso de no acertar a la primera, ya que la forma de escribir se aprende practicando y leyendo.
Espero que os sirva de la misma manera que a mí.


1 comentario:

  1. Me parece una buena idea si quieres promocionar to novela: :Nunca se sabe"
    Espero que tengas mucho éxito y que te conviertas en una escritora famosa!

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