miércoles, 12 de septiembre de 2018

¿Dónde se desarrolla la trama?


El lugar dónde se desarrolla la trama de una novela es un punto muy importante. A veces el autor elige una ciudad conocida con ciertas connotaciones para la trama (por ejemplo París para una historia de amor), otras veces una ciudad o lugar desconocido o ficticio, y otras no menciona el lugar con nombre propio y sólo lo describe. ¿Qué preferís?

Desde que empecé a escribir siempre he intentado enfocarme en el lado emocional y personal de la historia independientemente del lugar dónde viven o se trasladan mis personajes. Incluso si alguna vez menciono la ciudad, como en mi última novela que acabo de terminar, intento no hacer una descripción detallada del entorno para que el lector no pueda identificar la parte de la ciudad donde se están moviendo. ¿Por qué? Pues porque, desde mi punto de vista, las descripciones detalladas ralentizan la acción, quitan agilidad y movimiento, además de restar importancia a los personajes.

Supongo que podéis pensar que es pereza porque para hacer las descripciones debemos estudiar el entorno y documentarnos, pero no lo es. Las largas descripciones que pretenden detallar con pelos y señales toda la estancia o el entorno como si fuera una foto siempre me han aburrido. Necesito que dejen volar mi imaginación, que sólo me ofrezcan un marco donde imaginarme a mi manera los pequeños detalles. Mis historias se centran en el elemento humano.

No obstante, el lugar en que se desarrolla la acción no sólo puede ser una ciudad conocida sino un lugar desconocido que, por las pinceladas del autor, ofrezcan el entorno adecuado al genero de la novela (por ejemplo, una cueva tenebrosa para una novela de terror o un crucero por el mediterráneo parando por las costas más glamurosas para un romance otoñal o una batalla concreta para una novela bélica).

Después de las dos primeras novelas investigué un poco el asunto y confirmé que, en la mayoría de los casos no hay necesidad de ubicar la acción en una determinada ciudad ni describir en párrafos largos e interminables el entorno, sino que el lector puede imaginárselo por diálogos o por detalles de la propia narración.

Desde mi punto de vista, permitir que el lector se haga una imagen personalizada, que asocie las pinceladas ofrecidas con algún lugar conocido para él, da riqueza a la novela y facilita su empatía hacia los personajes. ¿Qué opináis?




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