martes, 17 de febrero de 2015

Escrito en papel

Antes de Navidad publiqué por fin mi novela en papel. Dado que ya estaba publicado en formato electrónico desde enero, podríais pensar que no tiene importancia, que se trata de un mero trámite pero…
En cuanto el mensajero se fue, abrí el paquete con emoción. Ahí estaba: una novela, más gorda de lo que me había imaginado, con un aspecto impecable y una portada llamativa. Una novela que yo misma compraría si la viera en una librería.


La verdad es que nada me había preparado para el sentimiento de orgullo y felicidad de tener por primera vez la novela en mis manos. Fue como si se hubiera vuelto más real.
Siempre me han gustado los libros. Es obvio que el formato electrónico es más cómodo y ocupa poco espacio pero abrir y leer un libro impreso en papel es una sensación única. No hay comparación posible. La rapidez en la compra, la comodidad de llevarlo en el teléfono móvil y otras ventajas, quedan atrás cuando, como lectora ávida de pasar un buen rato, cojo un libro y se dispongo a una lectura relajada en el sofá de su salón. Tener mi novela entre las manos y abrirla por primera vez, me hizo sentir que podía ofreceros una manera diferente de disfrutar y evadirse durante un tiempo, dejando a un lado las preocupaciones del día a día.

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