martes, 15 de marzo de 2016

Cambios de estilo


Mi primera novela me sirvió para descargar toda la tensión que acumulaba dentro, en un momento concreto de mi vida en que el trabajo, los hijos... todo a mi alrededor parecía exigirme atención absoluta y no disponía de un momento para mí. Un momento que perdió su identificación con ese concepto al alargarse más de dos años.

Ese primer libro se convirtió en mi vía de escape; la tapa de la olla express por la que sale el exceso de presión. Necesita sacar fuera las cosas que me iban preocupando. Con un estilo ligero, narraba una historia del día a día que podía ocurrirle a cualquiera; en realidad muchos hechos descritos me ocurrieron a mí o a mis amigos durante esa época. La protagonista se veía envuelta en distintas situaciones con su grupo de amigos, pero no mostraba con detalle los devaneos psicológicos.

Para mi segunda novela me propuse reflejar un cambio transcendental de la personalidad de la protagonista a través de largas descripciones de sus experiencias y su estado de ánimo. El aspecto psicológico adquirió un peso mayor. El objetivo era que el lector pudiera ponerse en la situación del personaje principal y entender su actitud frente a la vida.

Para la tercera novela, que está en proceso, he vuelto a un estilo parecido a mi primer libro con un cambio que considero fundamental. He decidido aplicar la primera persona, muy de moda en la actualidad, para que el lector se pueda sentir todavía más identificado con la protagonista.
Estos cambios no se deben a no encontrar un estilo propio sino a mi curiosidad por nuevos enfoques que me permiten conseguir efectos distintos sobre el lector. Es divertido analizar los resultados y ver los comentarios de los lectores.


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