En un principio me pareció una idea muy interesante, sobretodo teniendo en cuenta que hoy en día la lectura de los jóvenes se basa en contenido de Redes sociales (cada vez más visual y menos leído) y la mensajería instantánea.
El truco de esta madre era realmente ingenioso, una forma muy ocurrente de "obligar" a sus hijos a leer ciertas obras, al menos en parte, para poder seguir conectándose a la WIFI de la casa.
Esto me hizo recordar los problemas que había tenido yo misma para conseguir que mis hijos leyeran un poco. Cuando eran niños sí disfrutaban de un buen libro pero a partir de los 12 años, ni siquiera el hecho de que su padre y yo leyéramos habitualmente, les provocó de alguna forma. Sólo mi hija ha llegado a ser ávida lectora, mientras mis dos hijos interrumpieron ese hábito en el momento en que empezaron salir con los amigos. Normal ¿no?. ¿Quién no ha pasado por esa etapa de la adolescencia en la que lo más importante es el grupo de amigos?
Pero las costumbres vuelven a cambiar. De hecho uno de mis hijos, ya en la universidad, parece volver a retomar la lectura y me alegra mucho, ya que lo considero muy importante para la cultura y la formación de mentes abiertas y creativas, además, de ayudar a mejorar la ortografía y la capacidad narrativa y argumentativa.
Volviendo a la idea de esta madre de retar a sus hijos para obligarlos a leer, aunque me hizo mucha gracia la ocurrencia, me parece contraproducente pues encontrarán la forma de averiguar la clave sin leer todo el libro. Además, imponiendo sólo se consigue que lo hagan a disgusto e incluso lleguen a aborrecerlo.
Creo firmemente que el amor a la lectura sólo se transmite eligiendo libros que puedan suscitar el interés del lector. Es verdad que cuando son niños se les puede incitar a través de juegos y retos pero lo fundamental es encontrar que tipo de lectura les gusta (novela negra, rosa...) para que luego no dejen el hábito, y eso es realmente complicado.
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